Patrimonio natural

EL ENTORNO. CARACTERÍSTICAS DEL SUELO, FLORA Y FAUNA LOCAL.

El relieve es normal, con laderas más o menos pronunciadas. y con un buen drenaje externo e interno.
El tipo de suelo es autóctono de grava sobre sedimento de roble y tierra parda degradada.
Los típicos pinares castellanos tienen aquí una parca representación. El material está compuesto principalmente por tomillo y retama. Los prados ocupan únicamente alguna pequeña depresión donde la humedad es mayor. Los grandes viñedos van desapareciendo, quedando en estos momentos pequeñas superficies familiares dedicadas a la vid, elaborando vino y aguardiente dedicado al consumo familiar.Nos encontramos ante un campo de surcos, tenso, verde durante la primavera y desnudo el resto del año.
No es raro encontrarnos algunos encinares adehesados que nos recuerdan cual sería la vegetación predominante en estas zonas tiempos atrás.
Esta vegetación arbolada fue en estas tierras macoteranas el resultado de complejos procesos evolutivos entre los que destaca como factor predominante el clima mediterráneo, claramente definido por sus veranos cálidos y secos y siendo el resto del periodo anual frío, con tiempo lluvioso en invierno y primavera. A este clima se adaptó una vegetación característica de la que destaca en nuestra zona: especies del género » Quercus» y otras muchas que viene a caracterizar las formaciones boscosas que principalmente son presididas por estas especies arboladas.

 

VEGETACIÓN

Cultivo de cereal. los típicos pinares castellanos, tienen aquí una parca representación. El material está compuesto , principalmente, por tomillo y retama. Los prados ocupan, únicamente, alguna pequeña depresión donde la humedad es mayor. Los grandes viñedos han ido desapareciendo. Nos encontramos, pues, ante un campo de surcos, tenso, verde durante la primavera y desnudo el resto del año. La falta de arbolado acentúa la monotonía de un paisaje en el que el pueblo es a modo de jalón, durante el invierno, que desaparece en los meses de estío, confundido con el suelo, el cielo, la luz y el polvo.

 

FLORA LOCAL

Resulta paradójico, pero cuando nos hemos de referir a la vegetación de estas zonas llanas donde ya se insinúan las suaves ondulaciones que sirven de anticipo a una sierra siempre presente en el horizonte meridional- El Sistema o Cordillera Central-, no es raro que encontremos algunos encinares adehesados que nos recuerdan cúal sería la vegetación predominante en estas zonas tiempos atrás: los encinares.
Esta vegetación macoterana fue en estas tierras macoteranas el resultado de complejos procesos evolutivos entre los que destaca el clima mediterráneo. Especies del género Quercus y otras muchas que vienen a caracterizar las formaciones boscosas que principalmente son presididas por estas especies arboladas. Estas agrupaciones vegetales que conocemos como arcornocales, quejicales o encinares, en la actualidad no llegan a formar auténticos bosques, encontrándose adhesados, aclarados o simplemente ausentes. En estas zonas macoteranas nos hemos de referir a los encinares, o más bien a los ausentes encinares, ya que en la mayor parte del territorio éstos han sido talados y han dado paso a los cultivos cerealistas y, en menor medida, a cultivos de girasol y remolacha. De las especies características de los bosques de encinas encontramos representadas las siguientes: Retama loca, Torvisco, Abrojo y Estepa negra. Gran parte del resto de las especies presentes en estas zonas son arbustos o pequeñas matas, presididas por la olorosa Lavandula pedunculata.