Monumentos

Patrimonio civil

En la excelente plaza porticada, al lado del ayuntamiento, se encuentra el PÓSITO REAL que era una institución de muy antiguo origen y de carácter municipal. Era la encargada de recoger y custodiar el grano que después se prestaba en condiciones ventajosas a los labradores y vecinos en época de menos abundancia. De este antiguo edificio, donado por la misma familia que donó el ayuntamiento, sólo nos queda el dintel de la puerta dónde una inscripción nos indica que se remodeló en tiempos de Carlos IV, en el año 1800. El edificio del pósito se vendió en el año 1900 y la vivienda que hoy ocupa su lugar es posterior a la fecha.

La Casa Consistorial es una obra moderna que copia algunos de los elementos del anterior edificio como la fachada de ladrillo. El Ayuntamiento no tenía soportales y se adelantó la planta superior hasta la línea del edificio del pósito. Mantiene del edificio anterior una hermosa reja en el balcón. La parte de abajo del Ayuntamiento se utilizó durante un tiempo como hospital para auxiliar a pobres y enfermos.

Como reliquia de un rico patrimonio laico y dando un aspecto añejo y monumental a la Plaza Mayor, se encuentra la antigua casa de la señora»Guadalupe». En ella se mezclan diversas formas de construcción y materiales de siglos pasados como adobe, ladrillo caravista, tramados de madera, mortero bastardo, granito…

El Frontón en Macotera nunca se le denominó por ese nombre, sino por el » juego de pelota». Es de los llamados abiertos, que sigue la tradición castellana, de un solo muro; en nuestro caso de ladrillo enfoscado en su cara interior y flanqueando por dos torres troncocónicas macizas.Todo él se levanta sobre un zócalo de grandes piedras de granito. La fecha de construcción es de 1880, con el fin de evitar que se jugara en los muros de la iglesia.

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Patrimonio religioso

Sobre todos los monumentos locales, destaca por su magnificencia el Templo Parroquial dedicado a Nuestra Señora del Castillo. Se construye entre los S XV y XVI, sobre los restos de otro románico, siendo sus benefactores los Duques de Alba: Don Fabrique y Doña Isabel de Zúñiga.

En el exterior, una sillería de granito ennoblece su aspecto, destacando la esbelta torre que se levanta a los pies del templo y las dos portadas de decadencia gótica. En este parámetro de sillería se puede apreciar una antigua puerta hoy cegada. Apoyándose sobre la fábrica de granito se distingue una fábrica de ladrillo rojo en alzado que acoje encofrados de tapial amarillo. Posiblemente podamos establecer un paralelismo con la sacristía, pues dispone de similares sistemas constructivos, y sentenciar que parece obra del siglo XVIII.
Este tipo de aparejo, es una constante en la arquitectura popular de Macotera. También en un gris claro, cabe señalar dos hiladas de sillares encuadrados que apoyan sobre la fábrica de tapial y ladrillo.Esto hace que interpretemos que se haya reaprovechado los sillares del S XV o principios del XVI.

Es muy elocuente la existencia de una imagen de la Vírgen colocada en lo alto del retablo principal. El nombre de Santa María del Castillo, nos translada a una imagen que en un momento indeterminado sacralizó una construcción defensiva. Posiblemente fue más modesta que una muralla.

Pensemos que un castillo ya era suficientemente garante de seguridad para los habitantes del lugar. En caso de crisis era un refugio ideal, y por otro lado cumple la función de controlar todas las vías de comunicación que confluyen en Macotera.

Pero sin duda alguna, su interior esconde algunos de los tesoros del arte religioso más valiosos de toda la provincia. Tres naves aparecen divididas por dos impresionantes arcos escarzanos con bolas hispano-flamencas que por su amplitud asemejan tan solo un único y diáfano espacio.

La nave mayor se cubre por una maravillosa armadura mudéjar de par y nudillo, dorada con mocárabes y seis pares de tirantes. Tal es su filigrana y delicadeza que asemeja un firmamento estrellado, lo que le ha valido el acertado título de El Cielo de Macotera.

Pero aún eclipsa tal obra de arte otra muy cercana, como es el techo y frontis del bajo coro, donde puede maravillarse el visitante ante la belleza y labra de la madera, con mocárabes, representaciones del antiguo testamento y otros variados motivos, alcanzando los más altos grados de perfección en la talla de tan sugerente material.
Valiosos retablos barrocos embellecen sus muros, dotados de una rica imaginería, destacando la Virgen con el Niño, la Concepción, Nuestra Señora del Castillo y otras advocaciones. La sacristía, con una impresionante cajonera, y el órgano del siglo XVI, ubicado en el coro, son otras de las excelencias de este templo que le mereció su declaración como Monumento Histórico Artístico en 1982.

El patrimonio religioso se completa con la existencia de la ermita de la patrona de la localidad: Nuestra Señora de la Virgen de la Encina, con gran devoción entre todos los macoteranos, y la ermita del Cristo de las Batallas.
Aún hoy, en su casco urbano, puede contemplarse el Hospital del Cardenal Cuesta, testigo de pasados avatares históricos.
Disfrute del paseo por sus calles y por su excelente plaza porticada y podrá, quizá, adelantarse en el verdadero corazón y sentir de esta nuestra tierra que puede considerarse suya.

Aconsejamos al paseante que se acerque al cerro cercano al pueblo donde se levanta el monumento al Sagrado Corazón; desde allí, disfrutará de la mejor perspectiva de la villa, dominando la amplia campiña circundante y el majestuoso horizonte montañoso que la enmarca.

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